Desde que nacemos, el comer esta estrechamente vinculado con lo afectivo y el placer. Durante el amamantamiento, el pecho materno no es solo suministro de satisfacción nutricional sino también de amor y gratificación emocional.
En la actualidad existen ciertos mandatos y exigencias culturales, que se contraponen a estos conceptos y valores, se exalta la delgadez, como único valor estético y se impone la idea de «sacrificio» para cuidarse la silueta.
A través de publicaciones que manejan con poca seriedad el tema alimentario, se divulgan dietas no personalizadas, con ayunos o semiayunos para bajar de peso. Los que consumen dicha información y llevan a cabo estas lecturas, dejan de comer, se restringen alimentariamente, empiezan a creer que estar «flaco» es sinónimo de estar bello.
El tema alimentario así tornado, da lugar a situaciones de displacer y de poco disfrute, porque el individuo se siente condenado a controlar sus impulsos alimentarios.
Por eso es importante y necesario si se desea «cuidarse alimentariamente», la ayuda de los profesionales que le posibiliten conocer sus necesidades y requerimientos nutricionales, como asi también detectar todas aquellas causas emocionales que lo llevan a comer excesiva y desordenadamente, como ansiedad, depresión, etc.
Lic. Graciela Cejas